martes, 18 de agosto de 2009

Sencilla genialidad





Maya Lin nació para confirmar que la genialidad no es enemiga de la juventud ni de la sencillez. La diseñadora del Monumento en memoria de los veteranos de Vietnam en Washington sorprendió al superar a más de 1500 participantes en el concurso para diseñarlo, y lo hizo con una propuesta innovadora, realmente minimalista y apropiada, pese a que creó gran controversia por oponerse a las costumbres cuadradas del pueblo estadounidense.

El monumento, por el cual siempre será recordada, fue planeado por ella en 1981 cuando tenía veintiún años y estudiaba arquitectura en Yale. Consiste en un muro de contención en forma de ángulo obtuso cubierto de granito negro pulido en el que están grabados los nombres de los soldados que murieron en la guerra de Vietnam. Maya debió enfrentarse al racismo -por ser hija de inmigrantes chinos-, al machismo y a los prejuicios que tienen los diseñadores consagrados y viejos contra los jóvenes talentosos.

Lin demuestra que el trabajo arquitectónico es escultura a diferente escala, las concibe como dos facetas de la misma actividad: "La escultura para mí es como la poesía; la arquitectura es como la prosa".

Su obra arquitectónica es mucho más discreta que su audaz trabajo escultórico que se desarrolla en un minimalismo asiático no sintético, y podría ser una significativa inspiración para artistas plásticos emergentes que a veces se sienten abatidos por la crítica añeja pero inmadura.