jueves, 12 de agosto de 2010

Carta declaratoria para Don A.

Debo dejar el tono formal y el sentido engomado en el que siempre me dirijo a vuestra merced para escribirle esta carta en la que pongo todo mi sentimiento y mi alma. Sepa usted que lo respeto y admiro enormemente y espero que esto no cambie ni un palmo el concepto en el que se ha englobado nuestra amistad.
Le confieso que después de escuchar algunos segundo su voz en el Podcast, he descubierto que lo único que adoro más que leerle es escucharle. Esa voz tibia y envolvente que puede romper el estado de tristeza más profunda. Debí pausar la reproducción para iniciar esta declaración, si no lo hacía, me hubiera enredado en las letras de sus correos, sus fotografías y los recuerdos.
Sé que tengo la oportunidad de escucharle y tener la dicha de que sus palabras se dirijan justa y exclusivamente a mí, solo me costaría pulsar algunas teclas del celular y esperar su saludo después de tonos, breves tonos de llamada. Pero -disculpe mi debilidad- no tendría la fuerza para despedirme y colgar después de que usted se haya disculpado amablemente por tener que abandonar la conversación, su familia espera.
Tampoco me atrevo a dejar el Usted, ya sé que dije que debía dejar las formalidades, mas no me atrevo a decirte tú, por miedo a confundir el acercamiento y darle muerte a la poca lucidez que me queda. Créame, si lo hiciera, cosa horrendas pasarían.
Disculpe el atrevimiento mi estimado señor, puede estar seguro que el enamoramiento me dura pocos meses y que espero que esto pase pronto, solo deberá esperar a que la fiebre se me baje. Espero que eso suceda antes de la próxima vez que lo escuche.

Sinceramente. S.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Ambystoma

No se que ha pasado por aquí. Apenas entro y una grán montaña de papeles, fotos y recuerdos me tumbó al suelo. Me gustaría saber dónde y cuándo estoy pero quizás eso deba esperar porque empiezo a sentir un dolor chiquitito en la rodilla izquierda y algo tibio que escurre por ella.
Los urodelos. Fueron ellos los que me tomaron en la noche de mayo, me han llevado lejos para curar sus pielecillas verdes y moteadas. Endemoniados animalejos caudados, era más fácil tocar a la puerta y pedir el favor de untarles yogurt amarillo en las espaldas y branquias. Recuerdo el olor a... anfibio caramelizado y suave. Yo supongo que estuve ahí con ellos solo unos meses pues las droseras aún no mueren y las dioneas siguen luciendo sus manitas rojas.
¿Qué suena tan fuerte contra la ventana? Caen del cielo gotas, el mar y el cielo cambiaron de lugar y ahora todo se precipita, busca recuperar su puesto original. ¿Qué escurre por mis mejillas? Sabe a sal y es fresco, pero no dulce como los arándanos. ¿Por qué estoy llorando? ¿Quién es el que se recarga en el tronco de la pasionaria y duerme? Es Julio quien reposa en la tierra húmeda y rica.
No me siento en casa, se ha vuelto más cómodo sentarme en el pasto y esperar que el mar sin sal se caiga, así puedo sentir algo del frío y de lo húmedo que tiene la casa del urodelo eterno. El más bello, el más lindo y el más complejo. Y creo que yo lo maté.

viernes, 18 de junio de 2010

Hasta pronto Don José


"...la ausencia es también una muerte, la única e importante diferencia es la esperanza."
José Saramago

Acaba de morir José Saramago, recibió el sobre color lila y el plazo ahí indicado se venció. Ahora no tengo palabras, todas se han convertido en lágrimas porque me duele en verdad que hayamos perdido a un escritor que vale la pena, y poco a poco las filas de ellos se quedan vacías.

Espero que después de tanto sufrimiento, ahora por fin descanse.


miércoles, 9 de junio de 2010

¡Mamá! ¡Mamá! ¡Estamos en el ESTO!

La nota que escribió mi amigo Carlos Espinal para el periódico deportivo ESTO del 30 de Mayo a propósito de la presentación del libro El Indultado, la exposición del material del Museo Taurino de Huamantla y 35 fotos de una tal Sandra Varela. ¡Wiii!

lunes, 7 de junio de 2010

Filos



Cuchillo filetero $352.oo
Cuchillo para chef $565.00
Cuchillo para dehuesar $304.00
Cuchillo pastelero $318.00 con 20% de descuento. Está bueno, y con descuento pero... ¡no haré pastel de carne!
Total: $1475.40

No estuvo tan mal, pero para la próxima vez debo comprar un afilador. Quién pensaría que los tendones restan tanto filo a los cuchillos, aún cuando son Victorinox...

...también debo conseguirme una novia enfermera.

Dejó las bolsas de las compras en la mesa de roble ensamblada en Taiwan, sacó los cuchillos y empezó a comprobar su filo y poder contra el aire fresco que entraba por la ventana norte. Suishhhhh, swishhhhh y las moléculas de oxígeno, nitrógeno y algo de carbono abrían paso al acero mil veces templado, la sensación era placentera y por primera vez en veinte años se volvió a sentir un samurai. Pasó el filo del cuchillo de carne por la yema del dedo pulgar, la piel se abrió y la sangre vino con un pequeño ardor y remordimiento, la gotita roja chocó contra el vertedero de aluminio y se desintregó en cabellos rojos sobre el agua que chorreaba de la llave. Un espectáculo lento pero bellísimo. Ocho minutos después, cuando el dedo dejó de sangrar y las líneas de sangre parecían ya una película anaranjada sobre el metal, abrió el refrigerador y sacó el paquete que bajó del congelador la noche anterior para que descongelara, le quitó el plástico y acarició su piel, recordó la tibieza que tenía apenas hace dos días y recordó el aroma que despedía al correr entre los álamos. Acercó la carne a su cara e inspiró, hizo una pausa, inspiró de nuevo per nisiquiera su olfato podía detectar ese aroma dulce, solo encontró hielo de congelador y polietileno de baja densidad. Necesito música.

Siboney yo te quiero, yo me muero por tu amor...

Empezó a pelar con los nuevos cuchillos, levantaba las tiras de piel rosada con la facilidad de quien pela un pepino, de cualquier manera, el brazo conserva esa forma alargada y redonda, pero el gusto de la pulpa es más ferroso y dulce. Solo entonces se dio cuenta de cuánto echaba de menos las tardes de verano en el jardin comiendo pepinos con limón, sal y chilito, escuchando a Oscar Chávez y sientiendo el sol calentar sus pies. Ahora nada de eso podía regresar, ni el sol ni los alimentos diferentes a la carne y la sangre... humanas.




jueves, 18 de marzo de 2010

Revólver



No supe quién fue testigo, la Catedral de Saint Denis o la de Granada con todo y sus contrafuertes extemporáneos; tampoco sé si la banda sonora era de risas y burlas o Près des Ramparts de Seville pero aquellos que escucharon ese suspiro pudieron ver el fulgor de una vida, la mía.
Para jugar a la ruleta rusa no sirve una escuadra.

Pudieron pensar muchas cosas, pero solo una estaba en mi mente, solo una grandiosa y bella idea que estuvo a dos pasos de ser una realidad. Pero no. Un par de ojos verdes, cabello dorado, delineador azul, rojeces, lengua larga y francófona y Victor Hugo lo impidieron.
Revólver es como revolver el aire con metales y pólvora, girar el cilindo, revolverlo y tirar del gatillo; revolver tus sesos y tus ideas, revolver la sangre, revolver a tu familia, revolver gritos, revolver llantos con gritos y acusaciones, con gritos y lágrimas que se revuelvan el las hojas de libreta con la tinta azul, el azul del amanecer y de la hora cero.

Mientras buscaba Winchester solo encontraba rifles y bosques, muertes y animales, también animales muertos, pero casi no veía gárgolas y retrocoros, aquellos que van del otro lado del coro tallado en roble, ese de la tracería y los cantos altos, altos como pináculos pedregosos, grises y fríos. Winchester is like that, terribly sad and flooded with an iron sculpture whose name is Sony in the middle of a cript... and Jane Austen. Mi orgullo y mi prejuicio, y los tuyos también.
No puedo jugar a la ruleta rusa con una escuadra, simplemente no se puede, porque ellas son cuadradas, hay de metal, pero también hay de acrílico. Algunas tienen cartuchos y otras se rallan, unas pueden matarte con un disparo, las otras te pueden apuñalar a la espalda, pero definitivamente, con ninguna puedes jugar a la ruleta rusa, es inútil.
Eres inútil, yo no puedo utilizarte para mi satisfacción, pequeña escuadra moderna.

viernes, 12 de marzo de 2010

Machinarium



Encontré algo que me puede quitar del antojo de sangre del Vampire Wars en el Facebook, que puede provocar un nuevo salto escolar parecido al literario del 2006 y que podría provocar la entrega tardía de todas las revisiones con Madame Ruth.
En un mundito todo ocre y oxidado, con latas viejas y mecanismos desvencijados los sonidos te pueden capturar. No conozco la historia ni el orígen de Machinarium, un puzzle para la chompu que descubrí gracias a los otros miembros del clan Varela; y sinceramente no me importa. El juego inicia en un lugar abandonado donde el usuario trasvestido de pequeño robot debe atravezar varios escenarios para llegar al objetivo final.
El entorno es ligeramente burtoniano, con referencias a 9, el trazo es caótico y predominan colores secos. Me gusta mucho que se puede interactuar verdaderamente con los personajes, ya que muestran diferentes reacciones a lo que haga el jugador, son super tiernos. Se requiere una reflexión y uso lógico de los elementos obtenidos a lo largo de la travesía, por lo que no es un simple-juego-inútil-alenta-computadoras. ¡Va más allá!

Aún no logro descargar el juego y descomprimirlo, pero vale la pena seguir intentándolo, el demo es suficientemente interesante y corto para dejarnos picados.

Aquí el link: http://machinarium.net/demo/

miércoles, 3 de marzo de 2010

Eso era


On se dit tout mais tout, en fait, c'est rien du tout

J'aime tes silences, tes rêves immenses

C'est l'heure de jouer sous les étoiles

J'ai pris ta main et le monde est flou jusqu'à demain

J'me jette à l'eau, faut bien qu'j'prenne la vie comme un cadeau

Une caresse, une ivresse, un solo


Olvidé lo que pensé que sería esta nueva entrada, si era un monólogo, un discurso, una disculpa, un reclamo o un simple escape... de autobús.

Sabes Laura, el sillón color durazno en realidad es anaranjado, uno muy feo pero si sigue existiendo, si no, era...

Sabes Erick, la mariposa de colores atravezada con un alfiler perdió su lengua, ahora sólo pronuncia monisílabos, el cerebro se le descompuso.

Sabes Ulises, ser un cronopio no es tan malo cuando tienes un hermano tan loco y despistado como tú pequeña esperanza.

Sabes Aura, tu lista de reproducción me llena de felicidad en los días de tedio estructural y problemas de PVC en tuberías de 2".

Sabes Felipe... no, no lo sabes.

Sabes Alan, tus letras de anciana me regresan al mundo de los vivos, me dan personalidad y me quitan los dolores de cabeza. Discúlpame.

miércoles, 24 de febrero de 2010

Los Hijos de Sánchez, Tipomorfología de la Marginación

Oscar Lewis nos presenta en su obra Los Hijos de Sánchez una autobiografía dictada por las entrevistas que este antropólogo Estadounidense obtuvo de la familia Sánchez durante su estadía en una vivienda de la vecindad Buena Vista en el Distrito Federal. Este relato que corre en los años cincuentas del siglo pasado nos muestra de manera cruda la realidad de las familias de clase baja en las ciudades de México, justo después del cambio industrial promovido por la Sustitución de Importaciones y los diversos planes gubernamentales que se pusieron en marcha como un esfuerzo para sacar al país de la barranca postrevolucionaria. Como consecuencia del brote a gran escala de industrias y comercios durante el periodo de crecimiento económico, muchos habitantes de las provincias en el país vieron en la capital una oportunidad de progreso, desencadenando la migración masiva y la consecuente escasez de vivienda, trabajo y servicios públicos.
Lewis se encargó de transcribir íntegramente las respuestas de los miembros de la familia Sánchez para no cambiar el lenguaje folclórico y a veces burdo que tiñe los relatos de verdadero sabor a barrio. A través de las líneas se puede vislumbrar la ideología política de los personajes, podemos conocer la personalidad y costumbres de esas personas y también comprender la idiosincrasia del mexicano tipo de esos años. En la primera parte del libro, Lewis nos presenta algunos de sus análisis y conclusiones de este estudio, pero es importante que cada lector se cree una idea de lo que sucedía en esos años y que, principalmente, arroje sus propias conjeturas.
Para construir un paralelismo entre este estudio antropológico con el análisis tipológico y morfológico de la arquitectura empezaré por destacar que Lewis ha escogido una familia tipo para hacer sus observaciones, también ha encontrado sus semejanzas y diferencias con otras familias. Ni los espacios arquitectónicos ni las personas –por ahora- pueden seguir modelos, porque aunque tengan características similares, también presentan diferencias. Con el avance de la industrialización, el empeño por ganar más haciendo menos, la banalización del arte y la importancia que se le da a la masificación parecen estar incluyéndose en las sociedades; cada vez se piensa más como dictan las figuras públicas y las compañías encargadas de difundir la información, cada vez más se ve la pérdida de personalidad y originalidad en la gente por el afán de perseguir modas y así pertenecer a un grupo determinado, los criterios decrecen y todo ello nos podría llevar a encontrar sociedades modelo, algo como seres humanos en serie.
Aunque en el libro no se trata puntualmente, se puede detectar la influencia que tiene el diseño y disposición de los espacios en los habitantes. En el libro se habla principalmente del asinamiento en las vecindades donde cohabitan varios matrimonios en una misa pieza, donde hay un baño comunitario, donde las conversaciones pueden ser escuchadas fácilmente por otro y donde proliferan las plagas y por tanto enfermedades que no son curadas por médicos, sino por curanderos, chamanes, brujas y parteras empíricas que rara vez le atinan al origen de la enfermedad.
Se da gran importancia a los santos y vírgenes de la Iglesia Católica y se les otorga un lugar especial en las vecindades, en el caso de Bella Vista se colocaron la Virgen de Guadalupe y la Virgen de Fátima en cada una de las entradas al lugar, para cuidar las viviendas de delincuentes y proteger a los habitantes que salen y piden a las vírgenes su protección. El esquema tradicional de vecindad ubica las viviendas alrededor de uno o dos patios que sirven como áreas de servicio donde las amas de casa lavan ropa, de parque recreativo para los niños y también de salón común para los bailes dedicados a santos y cumpleañeros. Cada vivienda consta de un cuarto que a veces tiene un patio propio donde se albergan aves de corral, plantas medicinales y de ornato; aunque no existen divisiones entre espacios por lo que la recámara, comedor y cocina están en un solo espacio. Las mujeres, principalmente, ven muchas dificultades para cambiarse de ropa, deben esperar que los hombres se retiren a trabajar o deben vestirse bajo las sábanas. Es común el hurto aún dentro de las mismas casas, a pesar de ello, rara vez entraba alguien ajeno a la vecindad por temor a las bandas de jóvenes que protegen su territorio con gran fiereza y valor.
Me parece importante tratar el caso de la cárcel en que estuvo el menor de los hijos del señor Sánchez, Roberto; las celdas estaban dispuestas a los lados de un corredor de una sola entrada así que en el fondo se encontraban los prisioneros de menor jerarquía y se incrementaba hasta alcanzar el acceso. De esa manera, el prisionero con mayor dominio vigilaba el movimiento de los demás y podía extorsionar y robar a los presos cuando regresaban de sus visitas para quitares alimentos, drogas o dinero.
A pesar del asinamiento, las familias son muy unidas ya que siempre hay comunicación aunque forzada por las circunstancias, eso sería algo que cada vez se ve menos en los núcleos familiares. Los problemas de uno eran resueltos entre toda la familia y aún entre toda la vecindad, existí aun sentimiento de pertenencia a la comunidad, esa misma comunidad era defendida de otras vecindades, de autoridades y socorrida en las vicisitudes. También se destaca el deseo de lucha por sobresalir y dejar de vivir en esas condiciones de insalubridad y pobreza, aunque pareciera que estas personas estaban condenadas a seguir en esas condiciones hasta el final, algo como una maldición del tipo que describe Octavio Paz en su desesperanzador y exagerado Laberinto de la Soledad.
Como arquitectos debemos comprender las situaciones socioeconómicas y psicosociales de las personas a quienes daremos un espacio habitable; además de brindar un espacio funcional, estético y duradero debemos ponernos en su lugar para entenderlos. Es cierto que las conductas humanas están determinadas -entre otras cosas- por su entorno, así que brindando espacios de calidad se puede mejorar la calidad de vida de las personas lo que, en un futuro, podría desencadenar el crecimiento sostenido del país y la reducción de problemas sociales y de salud. Estas mejorías nos favorecerían a todos tal como nos afectan dichos problemas, así que en nuestras manos está una parte de ese cambio tan popular y tan inexistente.

jueves, 28 de enero de 2010

Todos se van

Un día cercano, florecieron todos los cerezos... y hace unos minutos, las cerezas desaparecieron. Todos se van.
Lo efímero de la felicidad es proporcional a la medida en que la felicidad se presenta, la felicidad parece ser un estado de ánimo, pero su ausencia es un estado de desánimo fatal y torturante. Muchas toneladas de tierra oprimen el corazón, la respiración reduce su ritmo hasta hacerse solo un dolor en el centro del pecho, la estaca que se clava y derrama la sangre invisible del abandono.
El balbuceo gutural ahora solo es un sonido de fondo, las palabras han perdido el significado en la tranmisión radial y ni los galos podrán despertarme del trance en que me hundo a cada movimiento de las manecillas. Mientras el tiempo avanza, la distancia se prolongará y los cerezos tardarán más en florecer y mucho más tardarán las cerezas en aparecer.
Todos se van, aunque trate de evitarlo, una vez más...
él se irá.

jueves, 21 de enero de 2010

El déjà vu

Es común que me encuentre en situaciones que parecen haber sido vividas -cuatro verbos ¡si!- en un momento pasado, no sé si en verdad ya las viví o si solo lo he soñado -como dice mamá- y eso de no saber que pasa exactamente con esos pequeños juegos de la mente me intriga. Me desconciertan un poco, pero los déjà vu parecen ser simples sesiones aleatorias de recuerdos o de imágenes muy grabadas en el subconciente y a veces terminan siendo presque vu -casi visto- porque la visión no se repite exactamente, es decir, hay variaciones.

James Cameron nos deslubró nuevamente con su última superproducción Avatar, que según los expertos en la materia lleva 15 años de trabajo. La trama no es agobiante, el tema es un clásico ecologista con tintes de etnología y el tirano es, como siempre, el tipo malo con alto rango militar; además, las actuaciones están a la altura y las personalidades de los personajes están bien logradas y definidas.
Analizando visualmente la película y gracias a la tercera dimensión, la mente se recrea en espacios virtuales de mucha belleza y colorido, los detalles como texturas y brillos fueron muy bien planeados y ejecutados. Los nativos Na'vi son bellos, en particular, y me agrada el vículo emocional y "neuronal" que se establece entre ellos y las otras criaturas de Pandora, pero no me puedo quitar de la cabeza que he visto algo similar en otro lado.


Justo cuando vi el trailer y escuché parte de la trama de la película me vinieron a la mente pasajes de Hyperion (1989), novela de Dan Simmons; espcíficamente cuando se describen a los éxters, seres humanos que abandonaron la Tierra y desarrollaron características físicas distintas, como el color de la piel desde azul a plateado, y también se volvieron más altos y delgados por la baja fuerza gravitacional de los sistemas en que vivían -y que después fueron nombrados como los 7 pecados capitales y sus demonios- y algunos más tuvieron alas. Pandora se asemeja a las descripciones del mundo de los Templarios, Bosquecillo de Dios que fue quemado por El Vaticano, destruyendo todo y masacrando a los seres vivos de ese planeta. Aunque para mí sea una semejanza demasiado directa quizá solo sea una muestra de los "lugares comunes" y en este caso, las historias que se repiten y que tienen éxito porque el espectador o lector se siente identificado y en algunos casos se siente culpable.

Más tarde recordé otra película de mi infancia, Zack y Crista y en ese momento, miles de foquitos azules y morados encendieron dentro de mí al grito de ¡Eureka! aunque quizá sonó mas a un ¡A huevo! Porque esa sensación de déjà vu quedó completamente explicada.
Muchas cosas se parecen, la destrucción de la reserva donde viven los seres extraños y mágicos, por maquinotas enormes y ruidosas, la relación sentimental entre la heredera del poder mágico con uno de los títeres del tirano destructor y hasta los seres voladores. Pero lo que más se parece es la importancia de la naturaleza y en específico, de un árbol sagrado, que se convierte en refugio de la comunidad y cuyas semillas brillantes deben ser protegidas por todos los nativos para la preservación de la especie.

Me molesta mucho ver algo que se asemeja a otra cosa, me parece una ofensa a la creatividad y me lleva a pensar que todo es una repetición decadente, un fractal invertido y que muchos no se dan cuenta de la tomada de pelo. Ya sean todas las historias copias de las copias o víctimas de los lugares comunes, Hyperion, Zack y Crista y ahora Ávatar, son exponenetes dentro de sus géneros, de la importancia de la preservación ecológica y también de las culturas nativas. Si no conocen ninguna, sería bueno que vean las películas -Avatar en 3D si es posible- y lean el libro.

En Youtube

En Wikipedia el resumen de Hyperion http://es.wikipedia.org/wiki/Hyperion_(novela)

jueves, 7 de enero de 2010

Un brindis por Coelho e Italian Coffee

Espero que no les parezca absurdo juntar a estos dos personajes, por no decir íconos de la neo-intelectualidad-mal-entendida, ahora explico las razones que me llevan a cometer semejante barbarie. Ambos me llevaron a iniciar dos adicciones bastante graves y quizá mortales, ahí les van:
1. Conocí el café de verdad en el Italian Coffee de plaza San Pedro, por ser este el más cercano a mi casa hace unos doce años quizás. Me atrapó el cuerpo, acidez, fuerza y aroma del café que ahí vendían, además podía uno comprar alguna de las variedades que ahí despachaban, mis favoritas eran la Chiapas y Pluma Oaxaca. También me hice fan del té, del strudel de manzana y del pay de queso con zarzamora, pero de esos dulces placeres hablaré después.
El gusto me duró unos años, mientras mantuvieron esa calidad y proliferaron las franquicias hasta poblar toda la región, porque hay al menos un Italian en Cuernavaca, Apizaco, Jalapa, Orizaba y demás. Hace cinco años, más o menos, era un buen café y se mantenía pese a la invasión de mercado por parte del Starbucks y hasta del café del Oxxo, pero no sé que pasó porque el café se puso aguado, lo tostaban demasiado, el caliente llegaba tibio y el frío también, los pasteles empezaron a escasear y los paninos a estar hechos al chingadazo. Dejé de ir por un rato y me refugié en el Zaranda -bendito sea- y el All Day, hasta que en éste último el café se puso igual de aguado y el pay lo servían crudo.
De cualquier modo, Italian Coffee desencadenó en mí el gusto por el café, ellos tienen la culpa de que gaste 50 pesos quincenales en medio kilo de café en grano, más los cafés bebidos in situ y los accesorios y cafeteras comprados casi compulsivamente.

2. Aunque el primer libro que recuerdo habr leído fue Robinson Crusoe, pasando por Platero y yo y parando un momento en Cien Años de Soledad para destornillarme de la risa con la costra de oro pegada al fondo de un cazo, el libro que se quedó megado en mi memoria es El Alquimista, de Paulo Coelho -para mi desgracia-. Debo decir que me arapó la simpleza de trama y eso me llevó a devorar Brida y El Demonio y la Señorita Prym, la fuerza con la que me golpearon los dos últimos empecé El Peregrino y ahí acabó mi tolerancia. Aún después de abandonar El Peregrino en la página 45 compré el Zahir y lo comencé y abandoné a los pocos minutos, es horrendo. No sé por qué aguanté tanto, pero me da gusto que a esos libros les siguieron muchos más de diversos temas, autores, corrientes y estilos. Finalmente llegó Cortázar, al Gabo le tomé sentido, me enamoré de escritores, dejé las matemáticas por Simmons, aprendí inglés y francés para no atormentarme con traducciones bárbaras y después de tanto tiempo y tantas páginas, ya no puedo leer una página completa de Coelho, lo siento.
Gracias al brasileño este, comencé a leer, comencé a escribir y descubrí nuevos mundos y sus gentes, soy compradora compulsiva de libros y lectora maniaca de camión, aunque prefiero sentarme tranquilamente a beber un café mientras leo un poco.

Los Sapos



Me rendí hace unos meses ante la tentación de ver El Cartel de los Sapos en la tele, contra mis principios, mi esnobismo, la fresez y las buenas costumbres me senté cómodamente a ver los últimos capítulos de la primera temporada. Me quedé picada, busqué información sobre la segunda y final temporada, encontré el libro en el Sangrons, lo compré aunque aún no lo leo porque prefiero ver en qué termina la serie.

Hace unos días fuí a Mixup para comprar unos boletos, que por cierto aún no estaban disponibles, y ví en el área de descuentos la dichosa segunda temporada a un precio bárbaro pero no llevaba dinero ni pensaba pedir prestado, por lo que recurrí al compatritota que vende discos piratas -de buena calidad y mejor precio- pero aún no la tenía. Quizá la compre mañana.
Hablando de la historia, sí, son muchos balazos casotas grandototas, mujeres "buenas" y mucho, mucho dinero. Más allá del morbo que despierta en la sociedad, se esconde una realización buena, el equipo detrás de la serie se comprometió verdaderamente con los personajes y con retratar la historia del narcotráfico en latinoamérica. Fue filmada en México, Colombia y Estados Unidos, nos da una banda sonora divertida y acorde al tema.
Para aquellos que no tengan nada que hacer, les gusten los balazos y las buenas producciones, el Cartel de los Sapos es una opción para ocupar ese tiempo vacío.

P.D. Aún no sé queé demonios es el sancocho.

Queridos Reyes Magos:


Gracias por el regalo que trajeron, les perdono que se hayan equivoacado de casa, aunque quizás las malas vibras vecinas impidieron que se acercaran lo suficiente a mi domicilio.


El año tiene una semana de empezado, uno de mis propósitos para estos 365 días es escribir al menos una entrada a la semana, si son más mejor para mí, aunque dudo que eso suceda. Les contaré brevemente los sucesos del último mes.
Como siempre las bronquitas familiares le pusieron picante al asunto, pero nada podía impedir que papá y yo nos dedicáramos a hacer chipotles reyenos como ya es constumbre, todo fue bien con eso, los huevos aguantaron hasta freír el último sin bajarse y el resultado final sobrepasó las expectativas. Pero el reto más grande estaría por venir. Antier se nos ocurrió comprar los ingredientes faltantes para hornear roscas de reyes y perderle, al fin, el miedo al horno. La viznaga o acitrón se supone prohibida, peor la siguen vendiendo para mi sorpresa; el tantito de agua de azahar apestaba a loción de Sanborns y por tanto olía a papá.
Por enésima vez encontré que las recetas de los libros se aljan mucho de la realidad, si una receta se sigue al pie de la letra no se logrará el resultado deseado, es necesario ponerle corazón y experimentar un poco... echando a perder se aprende. Las roscas quedaron, al menos parecían roscas y sabían lo que deberían saber, ya el próximo año quedarán mejor porque nunca volveré a comprar roscas de reyes, ¿cómo ven?
La foto está toda movida pero no importa mucho. Siempre he sido muy infantil, lo sé pero al menos enestas fechas está bien para mí; estoy viendo la primera temporada de 31 minutos, me regalaron un juego para armar casitas, compraré un CD de la banda sonora de Charlie Brown y me átascaré de toda la variedad degolocinas que papá guarda en la alacena, en la puertita del lado derecho.

Feliz año a todos!