
Un chorrito de agua tibia devuelve el perfume y un tanto de vida a lo seco; ya mate, ya manzanilla, ya caldo de pollo o canela.
Son como asteriscos en un fondo negro, como estrellas amarillas, como fuegos artificiales de larga exposición; así son los recuerdos: refulgentes, involuntarios, añoranzas de minutos caídos en defensa de la cordura restante en la vida. Tu te souvienes? Mais oui, bien sûr. Porque recordar, ese ejercicio enajenante y adictivo, es una de tantas terapias para los males existenciales del hombre que piensa al hombre y esa obsesión con la auto-historia propia de uno mismo yo en mí con mi ayer... y exajero el yo pues ese constante juego de memoria salva, en ocasiones, la identidad perdida en el cine o en los libros, en las personalidades de gente admirada, odiada o amada.
Soy una mezcla de frutos del bosque, pon agua, quiero despertar.
I'm jealous of the sun!!!